Ya sé que ganó Argentina, que todo el mundo va a hablar de la final de la Copa América de mañana o quizá del fichaje de Ramos con el PSG. Pero hoy mi foco va hacia otro lado, hoy decido mirar a personas que deberían ser llamados héroes realmente, porque nos dieron la libertad. Y sí, nos dieron la libertad de gritar “Uruguay Campeón de América”, de ilusionarnos, de verlos llegar al aeropuerto de Carrasco y querer mirarlos fijamente pare decirles “Gracias muchachos”. Hablo de jugadores que vistieron la camiseta más linda que el mundo tuvo y va a tener, la vieja y querida Celeste.
Cosa que me revienta es cuando nos dicen, o nos decimos nosotros mismos que festejamos un cuarto puesto. Sin entender que el real motivo del festejo es la entrega, la dedicación, el sudar la camiseta al punto que el celeste quede medio azulado de tanta agua salada que corre. Así que a usted le digo, que alguna vez caliente juzgó a la Selección y dijo que festejamos fracasos, no es así, no confunda gratitud con frustración. No cualquier país arma un escenario para recibir a sus jugadores luego de perder una semifinal, y nosotros lo hicimos, porque tenemos sentido de pertenencia y ese algo especial, que vayamos donde vayamos, se nota que somos uruguayos. Así que recuerde, no somos conformistas, somos agradecidos que es totalmente distinto.
Hoy vamos a conversar con Álvaro “Tata” González, un gladiador que supo vestir la celeste y no le temblaron las patitas al momento de ir a trancar con quien sea, porque sabe lo que es Uruguay y la palabra miedo no está en su diccionario, mejor dicho en el nuestro. Porque no existen amistosos, y vamos a jugar los partidos como tiene que ser, con el único objetivo de ganar, para amistoso, nos basta con un buen asado. Y otra vez resalto la disposición y buena voluntad de personas como el Tata, que paran 20 minutos a charlar conmigo. Al tipo le escribí a las 9:00 am si podía hacerle una nota y 9:02 ya me estaba respondiendo, así que gracias, porque para mí el tiempo de las personas, es oro. Sin más que agregar, los dejo con el “Tata” González.

– ¿Cómo te encontrás hoy en día en Defensor Sporting?
“Estoy como todo el club, atravesando un momento difícil, pero convencidos de que en el correr de tres meses podemos estar de nuevo en la “A”. Mas sabiendo que es una situación atípica para el club y que todos somos responsables, desde lo individual y desde lo colectivo, tenemos que ser responsables de lo que pasó y de lo que pasa en este campeonato. Venimos en el pelotón de los que están arriba y tenemos la obligación de subir, somos el equipo con más historia de los que están compitiendo en la “B” y hay que salir adelante. En lo personal uno quiere aportar todo lo posible para salir cuanto antes de este mal momento, pero ahora me encuentro en la situación de ganarme un lugar, porque el técnico trajo sus jugadores, tiene su gusto y la confianza depositada en otros compañeros. Pero tratando de ganarme la oportunidad, que por ahora no la he tenido, pero cuando me toque tratare de demostrar mi vigencia y lo que le puedo dar al equipo”.
– ¿Cual fue según vos, el mejor partido de tu vida?
“Si tengo que elegir uno, me quedo con uno que fue bisagra para mí en la Selección, fue un partido que jugamos en Brasil que incluso perdimos. Yo todavía no había sido titular, eran unas Eliminatorias para el Mundial de 2010 y el Maestro me pone de titular, me la de la confianza en un partido bravísimo que jugábamos contra jugadores como Ronaldinho y Kaká. Jugamos muy bien y en lo personal me sentí a la altura, eso lo notó el cuerpo técnico, también me destacaron en la prensa y ahí me terminé de ganar la confianza que se mantuvo por años en la Selección. Fue un partido que perdimos 2 a 1 pero todo el mundo habló de lo bien que jugó Uruguay en Brasil”.
– ¿Pasaste algún momento difícil en tu carrera?
“Si, el momento más difícil fue cuando quedé afuera del mundial 2010, pero en ese momento tuve la suerte de irme a jugar a la Lazio, lo cual fue un desafío y una meta nueva de ganarme un lugar. Eso hizo que pueda dejar atrás lo del Mundial, mentalizarme en un nuevo objetivo, ya que fue un salto importante en mi carrera y me devolvió al año siguiente poder jugar la Copa América y ganarla. Otro momento duro fue en Nacional, el segundo año de mi último pasaje (2018), que fui desplazado completamente, sin tener oportunidad de jugar, no integraba ni siquiera la nómina de convocados. Me sentí despojado completamente de la posibilidad de luchar por un lugar para ir al Mundial, jugando en el medio local y con un plantel que a la larga terminó perdiendo el Campeonato Uruguayo y yo mirando los partidos desde casa, algo que hasta el día de hoy no entiendo”.
– ¿Volverías a la Selección si te llaman?
“No creo que haya nadie que le diga que no a la Selección, más si estás en actividad como estoy. Sé que es un capítulo que quedo atrás, aunque sigo siendo jugador de futbol, compitiendo y sintiéndome bien. Si te llama el técnico de la Selección sea Tabárez o quien sea, es porque vos le podés aportar algo, y si es así hay que estar. No soy de los que le dice que no a esa posibilidad”.
– El día que te toque retirarte ¿Con que camiseta te gustaría hacerlo?
“Siempre imaginé que el momento es haciéndolo con la camiseta de Defensor, después se verá si sí o no. Pero eso es lo que siempre me imaginé. El fútbol no es tan predecible ni manejable, pero estando bien físicamente y sin problemas personales, pienso que algún año mas me queda. Pero no sé lo que va a pasar, y más con este momento que estoy atravesando”.
– ¿Tenés algún referente?
“No tengo ningún jugador que imite, si me gustan muchos jugadores que juegan en mi puesto. Si tengo que decirte un jugador espejo de mi propia generación es Maxi Pereyra. Es un amigo y fue un referente, porque todo el mundo apunta a alguien internacional o del fútbol europeo, pero yo si tengo que decirte alguien a quien miraba, fue a Maxi. Compañero mío desde la escuelita de fútbol de Defensor, me gustaba su forma de entrenar, de hacerse camino y veía que yo tenía que hacerlo igual. Atrás de él llegaron mis oportunidades, tuve el orgullo de jugar con él en Defensor y en la Selección, también generamos un importante entendimiento dentro de la cancha”.
– ¿Te quedo alguna meta pendiente?
“Quizá en mi pasaje por el fútbol europeo me quedó para atrás jugar una Champions, es un torneo increíble y todo jugador sueña con jugar. Siempre me quedé cerca con la Lazio, que jugamos Europa League, pero no la Champions. Después obviamente resultados deportivos que no se me dieron, como con Boca Juniors, que perdimos la final del mundo y hubiese sido soñado poder ganarla. Con la Selección creo que el Mundial de Brasil se nos escapó y nos quitó la ilusión lo que pasó con Luis Suárez. Queda esa frustración de saber que podíamos ganarlo, pero lo que pasó con Luis nos mató”.
– ¿Qué les dirías a esos pibes que luchan día a día por llegar a algo en el fútbol?
“Les diría que se preparen para el sacrificio, que se eligen la posibilidad de ir tras éste sueño, que es algo que le gusta a la mayoría de los niños y la competencia es grande, que lo hagan con gusto y con pasión. Cuanto más cerca estén de jugarlo y no de sufrirlo, van a estar más cerca de conseguir el objetivo. Esto es un juego y las presiones hacen que a veces uno se limite. Así que cuanto más puedan vivirlo como un juego mejor va a irles, obvio que con responsabilidad, decisión y confianza. También confiar en ustedes mismos, construir una confianza que no te la derribe un técnico. Yo he tenido entrenadores por ejemplo que no me quisieron y otros que si, a veces armaban siempre el equipo conmigo y otras veces no, sino es en un club tiene que ser en otro, pero siempre convencido. Quizá siempre no sea como uno lo espera, pero saber que hay otros desafíos fuera de la cancha. Las frustraciones son constantes porque son pocos los que llegas y me gusta eso, porque he visto amigos que no han podido llegar y siguieron su vida cerca del fútbol, como profes o como técnico, pero no todo se termina siempre por no poder estar en la cancha jugando. Hay que ir con todo por los sueños, sabiendo que van a haber dulces y amargas”.

Otra vez pasaba un hito del deporte uruguayo por nuestro diario y otra vez quedo con cosas inconclusas y que no entiendo. Como un jugador como el “Tata”, que sigue día a día esforzándose por mantener el nivel y dar lo mejor de sí, lo han dejado sentado en el living de su casa mirando los partidos desde allí. Quizá muchas veces los clubes cumplan sus objetivos y consigan los resultados, pero sin dudas hay que trabajar más en el cuidado del jugador y fijarse la forma que se les comunica que no se los va a tener en cuenta. Repito por enésima vez, no son robots, no son máquinas, y muchas veces decisiones bruscas a nivel institucional, influyen más en el jugador de lo que se imaginan. Desde mi humilde lugar agradezco a Álvaro, porque con resultados o sin ellos, mis ojos vieron cómo defendió y sudó cada camiseta que se puso. Y como siempre digo, lo que te hace un Campeón no son las medallas o los galardones, sino la vida misma y la garra que le ponés a lo que haces, por eso y por mucho más ¡Gracias Tata!