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Arquitectura Eólica …la elegancia de lo simple. - Diario El Este

Arquitectura Eólica …la elegancia de lo simple.

Hace 5 años que paso gran parte del verano europeo en las islas eolias del archipiélago italiano de Sicilia. Más allá de la hermosura de los paisajes, que te hacen cuestionar si no estás en el paraíso, de la pureza de ese mar azul profundo o de la deliciosa gastronomía, una cosa que siempre, supongo que por defecto profesional, me ha encantado es su arquitectura.

Como siete hermanas….Vulcano,Lipari, Salinas, Panarea, Stromboli, Filicudi y Alicudi tienen el mismo origen volcánico pero caracteres y aspecto diferentes. Conocidas desde la antigüedad, estas islas emergen del mar y conforman un archipiélago declarado Patrimonio de la Humanidad. Este exótico lugar sorprende por su mezcla de paisajes volcánicos, calas agrestes, puestas de sol y poblados prehistóricos rodeados de los colores y perfumes de la vegetación mediterránea.

Fotos: Nicolás Acosta Gutiérrez

«Llegamos a la isla Eolia, donde moraba Eolo Hipótada, caro a los inmortales dioses». Así presenta Homero, en la Odisea, una de las últimas etapas de Ulises. La historia es sabida: el rey le regala un odre ( piel de algún animal, cosida, pegada y preparada para guardar o contener líquidos, especialmente vino o aceite) que retiene todos los vientos contrarios a su regreso a Ítaca, y solo deja soplar a Céfiro, el dulce viento del oeste. Pero la curiosidad y la codicia mueven a sus compañeros a abrir el odre y así, ya casi con el hogar a la vista, liberan los vientos y retornan a la morada de Eolo.

Las 7 islas que conforman el gupo de islas eolias son muy diferentes entre sí con un común denominador….su arquitectura. De líneas simples un tanto toscas como todo trabajo artesanal, fachadas limpias ya que carecen de ornamentación alguna, de tonos claros con algúna combinación muy sutil de algún color fuerte cuya intención es resaltar y enmarcar alguna abertura. Esa delicada combinación logra un muy buen equilibrio…casas que no compiten con esos magníficos paisajes sino que invitan a contemplarlos en un ambiente relajado y austero.

El uso de materiales locales es fundamental. No solamente por el costo sino por lo complejo que puede llegar a resultar la logística de llevarlos desde el continente. En su gran mayoría una combinación de piedras volcánicas, cemento y madera son todos los materiales disponibles para edificar.

Cuando se es bendecido con un clima soñado, según los locales, solamente hace “frío….unos 10 grados” en el mes de Febrero, se está todo el día fuera. Grandes terrazas (bagghiu) recorren toda la casa, no solamente para contemplar el mar desde diferentes perspectivas sino para protegerse del viento que por momentos es muy fuerte….algún “defecto” tenía que tener ese lugar.

Fotos: Nicolás Acosta Gutiérrez

Columnas gruesas (pulera) enmarcan las terrazas y sostienen un simple techo de caña de bambú que da sombra pero además permite el paso del aire.

Baldosas de cerámica de terracota cubren los pisos de las viviendas, dentro y fuera, logrando una continuidad visual que unifica y amplía los espacios.

La mayoría de las cocinas están fuera, terrazas con su pileta, horno a leña, una mesa simple con sillas que invitan a pasar a charlar un rato con el vecino. Las islas están pobladas, dependiendo cuál, por relativamente pocos habitantes, se vive en comunidad, los tiempos son distintos a los de las ciudades y eso se refleja también en la arquitectura del lugar con espacios generosos para el encuentro.

Paredes gruesas, excelentes aislantes térmicos, proporcionan frescura y oscuridad al interior. Ventanas amplias, pocas, colocadas estratégicamente logran su cometido básico de ventilación y fuente luminosa.

Fotos: Nicolás Acosta Gutiérrez

Techos, a no ser por las terrazas, de planchada…muchas veces usadas cómo azoteas con vistas…estar fuera nunca cansa por lo tanto cuántos más espacios abiertos mejor.

La paleta cromática es algo igualmente grácil y hermoso. El blanco para su casi totalidad con algún acento de color fuerte o simplemente todas las fachadas en tonos pasteles muy claros: amarillo pálido, rosa viejo, celeste, ocre conforman la mayoría de las construcciones que habitan las islas.

Los muros bajos de las terrazas, forman bancos revestidos por baldosas de cerámicas pintadas a mano, por artesanos locales en diferentes diseños y colores. Elementos decorativos artesanales, como macetas en cerámicas con distintas formas o ánforas de barro en los techos que juntan el agua de lluvia. Todo muy sencillo y funcional.

Los jardines son pocos, la mayoría construidos en terrazas por la pendiente del terreno en los que conviven santa rita de todos los colores, limoneros, hibiscos, oleandros, higueras con cactus autóctonos o plantas de alcaparras que crecen como yuyos. Esta bella diversidad aporta colorido y aroma al lugar.

Nuevamente queda en manifiesto que menos es más, si se sabe utilizar los recursos que nos da el entorno no hace falta más para lograr joyas arquitectónicas confortables y sofisticadas como las casas que pueblan estás islas.