El presidente Cyril Ramaphosa intenta contener los disturbios que empezaron hace cinco días, en consecuencia de la sentencia al ex mandatario Jacob Zuma a 15 meses de cárcel tras negarse a declarar en el caso sobre la corrupción durante sus nueve años en el poder.

Tiendas y bodegas de Sudáfrica se vieron golpeadas por saqueos este martes, los saqueos estallaron en la capital económica de Johannesburgo y la provincia sudoriental de KwaZulu-Natal, mientras la oposición sudafricana acusó a grupos radicales de fomentar el desasosiego.

En tanto, las fuerzas armadas desplegaron 2.500 soldados para ayudar a la policía a frenar los disturbios.

La policía manifestó en un comunicado que el total de personas que han perdido la vida desde el inicio de estas protestas (…) subió a 72”. La mayoría de las muertes “se deben a estampidas ocurridas durante los incidentes de saqueos de tiendas”, agregó. Otras muertes ocurrieron por tiroteos y explosiones de cajeros automáticos.

El número de detenidos se elevó a 1.234, aunque varios miles han participado en la ola de saqueos.

Por su parte, Ramaphosa condenó los “actos oportunistas de criminalidad, con grupos de personas instigando el caos como mampara para los saqueos y el robo”, durante un discurso brindado el pasado lunes.

“El camino de la violencia, del saqueo y la anarquía sólo conduce a más violencia y devastación”, agregó.

El mayor partido de oposición, la Alianza Democrática, anunció este martes que presentará cargos criminales contra los hijos de Zuma y el líder del izquierdista Luchadores por la Libertad Económica, Julius Malema. Los acusó de utilizar “redes sociales para expresar comentarios que parecen fomentar e incitar la violencia y los saqueos”, según un comunicado.