“Pandemia” es un término de origen griego, inicialmente usado por los filósofos de Grecia para indicar “lo público”. Más tarde tomó el significado médico que conocemos hoy, apareciendo en la lengua española a mediados del siglo XVIII. Según la Real Academia Española, una pandemia es una “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”.
Siendo, entonces, algo que concierne a todo el mundo (literalmente), pueden existir paralelismos en las consecuencias que puede tener sea en nuestro país que en otras partes del mundo, por eso debemos prestar atención a lo que sucede en otros lugares para aprender y ajustar los errores de un eventual mal manejo de la situación que podrían dañarnos desde el punto de vista social hasta lo que atañe a lo democrático.
El rol de los médicos es fundamental, no sólo ante una pandemia, sino ante toda situación que requiera salvar vidas. El juramento hipocrático es claro en este sentido: “ejerceré mi arte y transcurrirá mi vida en la pureza y en la piedad (…) En cualquier casa que entre no me guiará otro propósito que el bien de los enfermos (…)”. Es bajo este juramento que todo médico debería ejercer la profesión que (por algún motivo) eligió. Sin embargo, no siempre es así.
En Italia hace unas semanas atrás el programa televisivo Fuori dal Coro denunció que en el hospital Galeazzi de Milán circulaba un comunicado interno firmado por su director sanitario por el que los pacientes no inoculados contra el Covid-19 iban a ser dejados en lista de espera, priorizando por lo tanto a los vacunados, y sus turnos son postergados si sus operaciones no fuesen urgentes. Los testigos, Kevin y Raffaella, llamaron al hospital frente a las cámaras, confirmando lo sucedido y constatando, por lo tanto, según lo expuesto en el párrafo anterior, la violación del juramento hipocrático.
Diario El Este habló con Martina, que vive en la otra punta de la bota, precisamente en Lanciano, provincia de Chieti. Martina está pasando por un caso análogo al de Kevin y Raffaella. Martina está desesperada, porque la víctima directa es su madre. “Mi mamá tiene un tumor que descubrió en estos días. La visita médica que tuvo ya de por sí era bastante pesada para ella y luego de lo sucedido se quedó muy mal, bajoneada. Ella se imaginaba que iba a ser así, y para peor además intentaron tomarle el pelo”, contó.
La mamá de Martina fue agendada el 4 de febrero a las 14:30 para realizarse una resonancia magnética en el Hospital Renzetti de Lanciano, su ciudad. Según nos contó, y lo que le escribió además en una comunicación al programa de televisión que denunció los casos de Kevin y Raffaella, “una vez que (su madre) llegó a la ventanilla, el empleado le preguntó inmediatamente si se había vacunado. Tomó el expediente médico para luego ir a otra sala y poco después volver con una serie de justificaciones, como por ejemplo ‘señora, tiene que volver luego. Se precisa una hora y media para santificar y por lo tanto debe volver a las 17:30’. De mientras, la doctora responsable de esa área se presentó diciendo: ‘en este hospital rige la regla de que los no vacunados se tratan después, al final’”.
La madre de Martina no está vacunada. Lamentablemente no es la única que está pasando por tratos similares. Desde el 20 de enero, según el decreto aprobado el cinco de ese mismo mes por el gobierno del primer ministro Mario Draghi, quienes no exhiban el pase sanitario no tienen acceso a ningún tipo de locales comerciales y desde el primero de febrero no pueden acceder a oficinas públicas y bancos, a menos que se hagan un hisopado, pagando 15 euros por su propia cuenta en cambio de 48 horas de libertad.
El caso en cuestión es aún más grave porque se trata de un paciente oncológico y reincidente. Martina nos contó que su mamá ya había pasado por esto hace 15 años, pero ahora el tumor le atacó el otro seno. “Es una cosa importante. Ya uno de por sí está ansioso, te dan una cita, estás todo el día con el estómago vacío y luego te hacen volver horas después. ¿Es broma? ¡La cita me la dieron ellos! Me la hubieran dado directamente más tarde. Verdaderamente se podía haber gestionado de forma diferente. Es inhumano”.
Cabe destacar que las disposiciones de estos hospitales no están contempladas en ningún decreto y ni tienen base científica. Martina afirma que “después de dos años parece que se convirtió en una lucha hacia las personas que no tienen intención de vacunarse, no una lucha en contra del virus que, además, en otros países viene tratado como una gripe” y denuncia fervientemente: “no comprendemos sobre cuáles principios se funden algunas elecciones, como aquella de distinguir pacientes ‘de serie A’ y pacientes ‘de serie B’. Estamos cansados de estas injusticias y atropellos, que ocurren todos los días y en varios contextos”.
Foto: Hospital Renzetti de Lanciano