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El segundo asteroide Troyano de la Tierra es el más grande detectado – Diario El Este

El segundo asteroide Troyano de la Tierra es el más grande detectado

Al observar el cielo muy cerca del horizonte durante el amanecer, el Telescopio SOAR de Cerro Tololo en Chile, un Programa de NOIRLab de NSF y del observatorio AURA, ha ayudado a los astrónomos a confirmar la existencia de un segundo asteroide troyano terrestre, revelando que mide más de un kilómetro de diámetro, casi tres veces más grande que el descubierto anteriormente.

“Los troyanos son objetos que comparten la órbita con un planeta, en torno de una de las dos áreas en  equilibrio gravitacional a lo largo de la órbita del planeta, conocidas como puntos de Lagrange” afirmó Cesar Briceño de NOIRLab de NSF, uno de los autores del artículo cuyos resultados se han publicado este viernes en Nature Communications.

Se sabe que varios planetas del Sistema Solar tienen asteroides troyanos, pero 2020 XL5 es sólo el segundo asteroide troyano que se ha detectado cerca de la Tierra.

Descubierto el 12 de diciembre de 2020 por el telescopio de rastreo Pan-STARRS1 en Hawai, 2020 XL5  es mucho más grande que el primer troyano de la Tierra descubierto, designado 2010 TK7. Los investigadores calcularon que 2020 XL5 mide unos 1,2 kilómetros de diámetro, casi tres veces más ancho que el primero.

Cuando se descubrió 2020 XL5, su órbita alrededor del Sol no se conocía lo suficiente como para determinar si se trataba solo de un asteroide cercano a la Tierra cruzando nuestra órbita, o si era un verdadero troyano. Las mediciones usando las observaciones de SOAR fueron tan precisas que el equipo de Santana-Ros buscó a 2020 XL5   en imágenes de archivo captadas desde 2012 a 2019, como parte del Estudio de Energía Oscura  recolectadas por la Cámara de Energía Oscura (DECam) montada en el Telescopio Víctor M. Blanco de 4 metros de CTIO, en Chile.  Al tener casi 10 años de datos, el equipo pudo mejorar considerablemente su conocimiento sobre la órbita del asteroide.

Los resultados también mostraron que 2020 XL5  no será un asteroide troyano para siempre. Permanecerá estable en su posición durante otros 4000 años por lo menos, pero eventualmente se verá perturbado gravitacionalmente y escapará para vagar por el espacio.

Es posible que 2020 XL5 y 2010 TK7 no estén solos: podría haber muchos más troyanos terrestres que no han sido detectados hasta ahora, debido a que aparecen muy cerca del Sol. Por ello, las búsquedas y observaciones de troyanos terrestres deben realizarse cerca del amanecer o del atardecer, con el telescopio posicionado cerca del horizonte, atravesando la parte más densa de la atmósfera, lo cual redunda en una seeing o visibilidad astronómica deficiente.

“Estas observaciones fueron un gran desafío, ya que requirieron que el telescopio observará correctamente en su límite de elevación más bajo, puesto que el objeto estaba muy cerca del horizonte occidental al amanecer”, añadió Briceño.

Sin embargo, la recompensa por descubrir troyanos terrestres bien vale el esfuerzo. Debido a que están compuestos de material primitivo que data desde el nacimiento del Sistema Solar y podrían contener algunos de los componentes básicos que formaron nuestro planeta, son objetivos atractivos para futuras misiones espaciales.

“Si pudiéramos descubrir más troyanos terrestres, y algunos tuvieran órbitas con inclinaciones más bajas, podrían resultar más baratos llegar a ellos que a nuestra Luna”, concluyó Briceño. “Por lo tanto, podrían convertirse en bases ideales para una exploración avanzada del Sistema Solar, o incluso podrían constituir una fuente de recursos”.

Fuente: NASA