En una reunión de la OEA, Luis Alvarado, embajador por parte de Nicaragua afirmó «en cuanto al distinguido embajador del Uruguay, nos preocupa seriamente lo que la dictadura uruguaya está haciendo, con su presidente a la cabeza”, lo que generó una contundente respuesta por parte de Washington Abdala, representante uruguayo ante la Organización de Estados Americanos.
Abdala, respondió en fuertes términos, “rechazo enfáticamente la descalificación hacia el Uruguay como una dictadura que acaba de proferir el señor Alvarado. Creo que ingresa en un despropósito gigantesco, desconoce absolutamente lo que es la legitimidad de origen y de ejercicio de Gobierno de la República Oriental del Uruguay del doctor Luis Lacalle Pou, quien fuera electo democráticamente, y que, Gobierno y oposición, a pesar de tener matices, siguen conviviendo de manera pacífica y democrática”.
Continuó manifestando que no le permitiría mas descalificaciones de esa naturaleza, «no se lo permito en este territorio ni en ningún otro territorio, y sepa que si llega a decir otra infamia más de esa naturaleza, voy a actuar en consecuencia, como corresponde. Es la última vez que le permito que diga un disparate de ese tipo. Es la última vez”, remarcó.
Alvarado arremetió contra los gobiernos de Chile, Canadá, Costa Rica y Uruguay luego de que los representantes de estos países criticaran el gobierno de Daniel Ortega.
Este miércoles, la presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, denunció una “intensificación” del estado de excepción de facto en Nicaragua, de cara a los comicios de noviembre próximo.
Así lo manifestó Urrejola en la presentación de un informe de la comisión sobre la situación en Nicaragua durante una sesión virtual del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que tiene su sede en Washington.
Asimismo, destacó que en Nicaragua se está produciendo un “cierre de los espacios democráticos bajo la estrategia que busca impedir e inhibir cualquier manifestación contraria al Gobierno” del presidente Daniel Ortega.
“Los hechos ocurridos estas semanas indican una nueva fase de la represión de cara a las próximas elecciones, que pone en duda la voluntad de Estado de Nicaragua de celebrar elecciones libres y transparentes”, indicó.