La ley entró en vigor este viernes, con lo que el país europeo se convirtió en una de las primeras naciones del mundo en permitir a un paciente con una enfermedad incurable morir poniendo fin a su sufrimiento.
El ministerio de Sanidad afirmó que el texto “da respuesta a la demanda social existente en torno a este tema” y contiene “garantías” para acotar el recurso a la eutanasia. El resto de los países que despenalizaron dicha ley son Holanda, Bélgica, Canadá, Nueva Zelanda, Colombia y Luxemburgo.
El texto prevé que toda persona que padezca una enfermedad “grave e incurable”, o que sufra dolores crónicos incapacitantes, pueda pedir ayuda médica para morir y evitarse “un sufrimiento intolerable”.
Las condiciones son estrictas: la persona que lo pida debe ser capaz y “consciente” en el momento de hacer la demanda, que debe formularse por escrito y “sin presión externa”, y renovarse 15 días más tarde.
El médico podrá rechazar la solicitud si estima que no se cumplen los criterios, o hacer valer su objeción de conciencia. La solicitud deberá ser aprobada por otro médico y recibir el visto bueno de una comisión de evaluación.
Por su parte, la Iglesia católica y los partidos conservadores se opusieron a la medida. El Partido Popular, el principal de oposición al gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez, presentó este jueves un recurso contra la ley ante el Tribunal Constitucional.