La difícil relación de varios países latinoamericanos con EUA, ha provocado que los gobiernos de estos países encuentren en Rusia y su gobierno un aliado para comerciar o bien por el solo hecho de creer que el enemigo de tu enemigo es tu amigo.
Varios países como Cuba, Nicaragua, Venezuela o Bolivia se han beneficiado con acuerdos de armas y en el último tiempo varios países le agradecen la ayuda humanitaria por la pandemia al enviar la vacuna Sputnik-V.
Esto llevó a que en los últimos meses, varias naciones de nuestro continente se expresaran a favor de Rusia en el conflicto que mantiene con Ucrania y se opongan a las sanciones que desde Washington y la OTAN quieran imponer.
Lo cierto es que un conflicto armado en Europa oriental puede repercutir fuertemente en la economía regional, si es para bien o para mal, dependerá de las actuaciones de cada gobierno; además podrá afectar las relaciones entre los países de América Latina dependiendo de la inclinación de cada uno ante este conflicto; ya que mientras algunos presidentes como Lacalle Pou o Iván Duque de Colombia se oponen a la invasión rusa; otros líderes como Maduro apoyan al movimiento militar de Putin; y otros como Jair Bolsonaro o Alberto Fernández (ambos se reunieron en Moscú con Putin hace algunas semanas), prefirieren no hacer pública su opinión al respecto.
El primer efecto que sentirá América Latina será el incremento de ciertos productos provenientes de EUA. Al día de hoy, la inflación en el país norteamericano es del 7% y se cree que ese número puede llegar al 10% o incluso, duplicarse y rondar un 14% de inflación; por lo que producirá un efecto rebote en los países de la región.
Por otro lado, Europa, ya está sintiendo la crisis por el desabastecimiento de gas y petróleo. Esta necesidad europea por la adquisición de estos productos podría provocar escasez y o un aumento en los precios a nivel mundial.