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Movimiento Infradecadente

Nuestra columna es un bostezo a la hiperactividad informativa, un espacio de acercamiento al arte a través de propuestas semanales que inviten al lector a conectar con la amplitud y reflexión creativa.

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Plegaria

Escritora: Bárbara Castro @escola_de_literatura

En la oscuridad indómita

de aquella primavera,

me casé con la noche.

Ella me limpió de toda culpa.

Del enlace nefasto,

ofició una misa condenatoria

con todo lo que reverberó de esa orquesta matrimonial

que siempre toca la misma nota

cuota de apatía y miseria

que ahora, tan lejos flota:

C’est interdit!

Cuando de rojo pintaron el cielo

prosaicos portales se abrieron de par a par.

Un templo de carne se armó

justo frente a mis ojos,

dos globos incautos

hechos para habitar tu reflejo.

Y te adoré desde la espalda

con más ternura que al papel.

En la cumbre del diablo

caminamos por la misma acera,

invocando el sonar de címbalos, campanas y cantares

haciendo de mí la ninfa de nuestra polifonía.

Y antes mismo que cruzáramos la línea

me acosté bajo cada uno de tus susurros,

inocentes sonidos de dulzura sin pudor.

Juntos desnudamos el cielo

para mirar cómo la luna lamía el mar,

y ahí escribir letra tras letra con tu saliva.

Las tinieblas se confundieron con nuestro aliento casto

y una tierna mirada sangró perdición.

Mi perfecta salvación,

tu pelo salvaje,

negros látigos azotaron mi cuello,

mis senos,

mis pensamientos,

y mi alma…

En esta danza de locura,

entre tus dientes, tu pecho – mi lecho –  y tu barba,

de rodillas pedí que tus brazos fueran más fuertes

para acabar de romperme

y ser un poco dentro de tu ser.

Vi al hombre deshacerse en calor

despejarse en magnífico dolor,

y mirarme con el espanto de quien tiembla

y ya no puede estar.

Envuelto en mi interior

las manos se enlazaron por primera vez,

penetramos los dedos en este perfecto espacio

dibujado por un dios obsesivo,

solo para contemplarse,

solo para completarme con tu perfume,

veneno,

trazos de color en cada una de las paredes de mi memoria,

de mi historia…

Y aunque el rito no haya alcanzado

a colmar la pila bautismal

el goce, al quedar inconcluso condenado

sigue del olvido despojado.

El poema

lo escribiste en mí

y todo el universo cabe en tu lengua.

Fotografía: Facundo Rocha @faq.rocha  Modelo: Camila Corbo

“Lo que hace ruido no es lo que escuchas sino lo que crees”

Nadia Sención

Recomendado de la semana

Libro

Santiago Alexandre @Santiago_alexandre26

El Guardián entre el Centeno, J. D. Salinger.

El más rebelde entre todos los rebeldes, también es un inconformista, mentiroso, prejuicioso, y sobre todo… real, muy real.

¡Acompañar a Holden durante su recorrida por Nueva York y su pasaje interno de la adolescencia a convertirse en un joven adulto es una aventura sin marcha atrás!

Sin dudas, es un personaje a quien el lector volverá a visitar una y mil veces más, porque desde las últimas palabras de la novela, ya comienzas a extrañarlo… es necesario averiguar a dónde van los patos, cuando el lago se congela en invierno.