El gobierno de Pedro Castillo había decretado el estado de emergencia para fines de enero debido a la creciente ola de delincuencia callejera que puso en jaque varios distritos del país y por consecuencia varios alcaldes habrían pedido al presidente que tomará alguna medida inmediata para detener estos actos delictivos.
Fue asi como el pasado lunes en horas de la noche, Castillo, anunciaría que ordenará a las Fuerzas Armadas que colaboren con la Policía en ciertos operativos contra la delincuencia, principalmente en la ciudad de Lima y en el Puerto del Callao.
El presidente de Perú declaró que «vamos a sacar a las Fuerzas Armadas para combatir al delincuente chico y al delincuente grande, no podemos frenarla de otra forma si no hacemos una tarea conjunta», al tiempo que vestía un chaleco antibalas acompañado de generales de la Policía durante un operativo contra la delincuencia en el populoso distrito El Agustino, cerca del centro de Lima.
A pesar de que el decreto había sido firmado a finales del mes de enero, hasta el momento, los militares no habían salido a las calles ni participado en acciones policiacas como el arresto de delincuentes u otros grandes operativos realizados por la Policía en este tiempo.
Este acuerdo de cooperación se da luego de que Castillo pidiera públicamente «al señor ministro del Interior que coordinemos de una vez por todas no solamente para tener a la Policía, porque no todo es la responsabilidad de la Policía».
Coincidentemente, este acuerdo que definitivamente ayudaría a la población peruana, se da cuando el presidente peruano, según un sondeo de Ipsos indica que Castillo alcanzó su mayor desaprobación con 69% de rechazo en siete meses de gestión, contra una aprobación de solo 25%.
Recordemos que, bajo el estado de emergencia se restringen los derechos ciudadanos como la inviolabilidad del domicilio y las libertades de tránsito y de reunión, lo que permite a policías y militares a ingresar a viviendas en busca de sospechosos sin orden judicial.