En agosto del 2020, cuando todo el mundo estaba desesperado queriendo ganar la carrera para encontrar la solución al COVID-19. Rusia, se presentó ante el mundo con la SPUTNIK V.
Lo cierto es que al día de hoy, la vacuna made in Russia, aun no es válida en varios países europeos ni en Estados Unidos; mejor dicho, solo es validada en América Latina, África y Oriente Medio.
En cambio, la OMS, aprobó otras vacunas fabricadas meses después en otros países, y aunque, según estudios, demuestran que la vacuna rusa tiene un 91,2% de efectividad, esta aun no es válida para ingresar a la UE, por ejemplo.
El motivo no tendría nada que ver con ideología política, gran parte de la desconfianza se basa en las palabras del Presidente Ruso, Vladimir Putin, y en sus acciones. Por un lado, ofrece vender las vacunas y exportar a varios países, todo esto, después de declarar que venderá la patente de la Sputnik V; y por otro lado, al día de la fecha, Rusia solo cuenta con un 6% de la población local inmunizada con su propia vacuna.
Y, el ejemplo más claro lo podemos encontrar en la compra que le realizo el país Eslovaquia.
Textualmente, lo que dijeron desde el Instituto Estatal de Medicamentos, cuando analizaron las 200.000 dosis que les mandaron fue “estas vacunas, lo único que tienen con la fórmula original, es el nombre”.
El Primer Ministro Eslovaco tuvo que pedir perdón a la población, catalogando esta compra como “el peor error” cometido.
El problema entonces, radica en la necesidad Rusa vender un producto, por encima de lo que puede producir. Ya que, en contraparte de todo esto, El Estado Independiente de San Marino, ha sido en los últimos días el primer país europeo en radicar al total de su población, recordemos que San Marino cuenta con una población de 34.000 habitantes) gracias a la Sputnik V. la diferencia estaría en la cantidad. Lógicamente es más fácil realizarle un control de calidad a una compra de 50 mil dosis que a una de 200 mil como a Eslovaquia.
Aun asi, Argentina e India, ya han anticipado una nueva compra de esta vacuna. Si vemos los precios entenderíamos con más razón el motivo:
Moderna: 29,6 euros; Pfizer: 24 euros; Sputnik: 8 euros y Oxford- astrazeneca: 3,6 euros.
Además de los motivos ideológicos que los une.
Pero para poder cumplir con la demanda, Rusia va a fabricar la Sputnik en colaboración con AstraZenaca. En un convenio en donde Rusia pondrá la formula y AstraZenaca las fabricas a su disposición. Entonces al vender las patentes o ponerlas a un precio más barato, podría aliarse con cuantos laboratorios quisiera y poder fabricar en masa la Sputnik V.
Los laboratorios Richmond en Argentina ya piensan fabricar 100 millones de dosis. En china piensan fabricar en laboratorios genéricos 260 millones al año.
Rusia, además de ganar el mercado de América Latina y Asia, también le serviría para inocular a toda su población, que como mencionamos antes, solo cuenta con un 6%; mientras que otros países como Israel ya tiene un 57%; Estados Unidos 38% y la UE cuenta con 14%.