Para contar un poco quien es, tenemos que ponernos en contexto e ir a Centro América, más precisamente a El Salvador.
El Salvador es país en donde el índice de homicidios es solo comparable con aquellos países que están en guerra debido al narcotráfico y a las famosas maras (grupos pandilleros, sumamente violentos; se estiman que en total hay entre 50.000 y 100.000 pandilleros entre las distintas maras. Las más famosas son la “mara salvatrucha” y la “barrio 18”); un tercio de los salvadoreños viven con menos de U$S5 por día.
En un contexto asi, gracias a una presencia constante en redes sociales, un joven de 37 años tomo la presidencia en junio de 2019 con el 92% de los votos, Nayib Bukele; hoy tiene 39 años y mucha presencia en las redes sociales.
Con descendencia Palestina y con un estilo poco diplomático; donde, no solo rara vez usa traje, sino que suele portar gorras en la mayoría de sus presentaciones.
No solo fueron promesas de campaña las que dijo antes de asumir, al día de hoy, El Salvador, redujo la tasa de homicidios a la mitad en tan solo año y medio. Usando quizá métodos algo cuestionables, pero lo cierto es que lo hizo.
Si bien Bukele, no ha mostrado indicios de nada aun, desde los Estados Unidos y la UE, lo miran con desconfianza, creyendo que podría volver a El Salvador en una dictadura.
De un día para el otro, Bukele, ordeno mandar a la calle a cientos de Policías autorizados a arrestar a cualquier miembro de las maras. Debido a sus usos de tatuajes, fue sumamente fácil de identificarlos. Pero no solo fueron arrestos, la Policía local, luego de incautarles sus pertenencias en la vía pública, a muchos de ellos los hicieron “pasear” por las plazas para humillarlos. Método poco ortodoxo o no. Al día de hoy, tiene a miles de pandilleros fuera de las calles de El Salvador.
Otras de sus promesas de campaña, fue, acabar con la corrupción con la que los políticos solían manejarse (3 de los últimos 4 presidentes, fueron acusados de corrupción. Para ello, a tres meses de asumir, creo, la comisión internacional contra la impunidad y la corrupción, con la idea de que sean los políticos salvadoreños quienes nombren a los investigadores, lo haga la organización de estados americanos. Este estilo, anti corruptible, hizo que de a poco le llegaran donaciones internacionales.
Hasta lo contado, excepto por el manejo hacia las maras, no habría nada de qué preocuparse. De hecho, el primer país que visito, durante su campaña, en marzo de 2019, fue Estados Unidos, allí, crítico abiertamente a China, consolidando una relación con el país de norte américa. Meses más tarde, ya siendo presidente de El Salvador, en diciembre de ese mismo año, viajo a China, se reunió con Xi Jinping, de ese viaje volvió con el dinero para invertir en un estadio de deporte, una biblioteca, una planta purificadora de agua y hasta un resort. Además del FMI, que ya le han prestado U$S389 millones en ayuda para el coronavirus. Al dia de hoy cuenta con el 14% de su población inmunizada, muy por encima a sus países vecinos.
Toda la desconfianza se basa en lo siguiente:
En setiembre, un medio de El Salvador llamado El Faro hizo publica una nota en donde afirma, que, Bukele habría negociado con las maras una reducción en los homicidios y apoyo en las próximas elecciones a cambio de privilegios en las cárceles y una reducción en las condenas.
Todo esto iría en contra de las promesas de campaña cuando decía que jamás iba a negociar con las maras.
Pero lo preocupante fue cuando Nayib Bukele mando a los militares y policía al parlamento para intimidar a la oposición con el fin de aprobar un préstamo para modernizar a las Fuerzas Policiales. Un año después, El Salvador celebro las elecciones Parlamentarias en donde de 84, 64 son de su partido y solo 20 son de la oposición.
Si bien, todo esto, no dan señales de tiranía, lo cierto es que Estados Unidos, piensa retirarle los fondos que tenían pensando por miedo a que Nayib Bukele, se convierta en un nuevo Chávez u Ortega.
Foto: perteneciente a su cuenta de Twitter.