El Ministerio de Educación y Cultura, a través de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación declaró Monumento Histórico Nacional el conjunto de obras del Arquitecto Rafael Lorente Escudero realizadas para la refinería de Ancap en La Teja.
Dos hombres sacando la bandera de Uruguay para descubrir la placa
Ancap se creó en 1931 cuando Uruguay se planteó una política energética a partir de los derivados del petróleo. Tres años más tarde comenzaron los trabajos para la instalación de esta refinería que se transformó en una de las primeras realizaciones de arquitectura moderna siendo creada, en su mayor parte, por el arquitecto Rafael Lorente.
El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, comentó que esto es “un homenaje a una persona y a la obra de esa persona, pero también es a la persona que marcó época como funcionario de Ancap, como una persona que trabajando para la empresa dejó un legado para el Patrimonio Histórico Nacional”. También agregó que es un homenaje a otros arquitectos que preservan la riqueza arquitectónica de la refinería.
Se “homenajea a la gente, a quienes lo concibieron, a quienes lo construyeron, a quienes los protegieron y los cuidaron a lo largo del tiempo, agregó el ministro del MEC, Pablo da Silveira.
También comentó que «en este caso estamos homenajeando a una época del Uruguay o a los uruguayos de una época en donde la construcción de un edificio (…) era vista como una oportunidad para agregar valor al entorno urbano y a nuestra cultura”.
La refinería se pensaba como “un bien funcional (…) y Lorente lo pensó a partir de una arquitectura de excelencia, muy comprometida con los tiempos en que vivía”. Eso hizo que se elija para ser parte de nuestro mejor patrimonio arquitectónico, agregó el director general de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, William Rey Aschifeld.
“Esto es una manera de encontrarnos con nuestra propia historia (…) Mirar edificios, poner en valor edificios, es también entrar en contacto con esa historia y es permitirnos hacernos el regalo de que esas diferentes historias nos enriquezcan y nos fertilicen permanentemente”, cerró Da Silveira.