Sócrates, ha dejado varias semillas de sabiduría que sus alumnos fueron germinados por el mundo. Antístenes, que formo la escuela cínica, de la cual hemos contado anteriormente; Arístipo de Cirene, que formaría la Cireneica, mejor conocida como la Escuela de Hedonismo, de la cual solo buscaban el placer en todas sus formas.
Pero su alumno más famoso seria Aristocles, mejor conocido como Platón.
No fue simpatizante de la política de los 30 tiranos a los que perteneció Sócrates, pero cuando la nueva democracia llegó y condenó a muerte a su maestro. Este huyó a Sicilia. Allí acabo en la corte del Rey Dionisio I de Siracusa y estuvo a punto de ser vendido como esclavo a Egipto. Luego de eso, pudo fundar una escuela filosófica llamada “La Academia”.
Para Platón existían dos mundos: uno ininteligible y otro sensible.
En el primero, lo explica como el mundo de las ideas, solo alcanzable a él por medio de la razón donde las cosas se muestran como son realmente. Para el segundo mundo, creía que solo había cosas que podemos ver a través de los sentidos.
El decía que el alma antes de quedar atrapa en el cuerpo ya conocía todas las ideas y formas del mundo por haber estado en ese plano antes, pero se olvidaba en el momento en que nace. A través de la reminiscencia, que requiere el uso de la razón, comenzamos a reconocerlas.
Este pensamiento es conocido como “Idealismo Platónico”.
No es en los hombres sino en las cosas donde hay que buscar la verdad