En el año 530 a.C. en Crotonas, una colonia griega en la magma de Grecia, Pitágoras forma una escuela, la Pitagórica. Dedicada a la enseñanza de las matemáticas y la naturaleza. Sus enseñanzas se trasladaron por toda Grecia. Recordemos que ninguno de estos filósofos o sabios dejaron nada escrito. La mayoría de las enseñanzas que dejaron, fueron, a través de las anotaciones de sus discípulos.
Pitágoras metió en la filosofía el dualismo entre alma y cuerpo algo religioso en aquellos tiempos. Y el alma estaba relacionada con las matemáticas, a través de la armonía de los números. Con ellos se podían descubrir los misterios del cosmos ya que todo lo conocido se regía con las leyes matemáticas. Asi lo pudo comprobar con el famoso teorema de Pitágoras. Algo que, para aquellos años, fue una ley universal que sorprendió a muchos.
Dentro de sus enseñanzas como matemáticos, me quedo con esta frase digna de un profesor y que debería de ajustar a nuestros tiempos.
Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.