La jefa sanitaria rusa, Anna Popova, decidió eliminar a partir de hoy la obligatoriedad del confinamiento para los que mantengan contacto con una persona infectada, que ya había sido reducida a una semana.
Rusia registró en las últimas 24 horas 180.071 contagios de coronavirus, un leve alza con respecto a la jornada anterior, aunque las autoridades decidieron levantar las medidas de confinamiento para aquellos que contacten con un positivo.
En cuanto a los hospitalizados, su número ascendió a 12.749, casi un 30 % menos que el sábado, según informaron hoy las autoridades sanitarias rusas.
También disminuyó el número de muertos, ya que la covid-19 fue la causa del deceso de 661 rusos, 53 menos que en la jornada anterior.
En Moscú hubo un descenso de un 15 % los positivos, que ascendieron a 18.856, es decir, descendieron de los 20.000 diarios por primera vez desde enero.
La jefa sanitaria rusa, Anna Popova, decidió eliminar a partir de hoy la obligatoriedad del confinamiento para los que mantengan contacto con una persona infectada, que ya había sido reducida a una semana.
El motivo es que la variante predominante ahora en Rusia, la ómicron, es doblemente más contagiosa que el virus de la gripe, pero transcurre en la mayoría de los casos sin síntomas, por lo que la cuarentena “carece de sentido”.
Popova también expresó su confianza en que el sistema inmunológico de los enfermos de ómicron les proteja de contraer la variante Delta, mucho más peligrosa.
Aunque la situación es considerada “tensa”, las autoridades sanitarias consideran que la dinámica apunta hacia una estabilización en el número de infectados por coronavirus en toda la geografía nacional.
A mediados de enero el Ayuntamiento de Moscú recomendó a los mayores de 60 años y personas con enfermedades crónicas permanecer en sus domicilios.
También pidió a las empresas que reimplanten el teletrabajo para el mayor número de trabajadores posible con el objetivo de evitar aglomeraciones en el transporte público.
Con todo, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha descartado medidas drásticas como confinamientos o paralización de sectores económicos para hacer frente a la nueva ola de contagios, que se inició a mediados de enero con el fin de las fiestas de Año Nuevo.
En Moscú, las escuelas y guarderías podrán poner fin a los requisitos de aislamiento de los alumnos a partir de la semana que viene, según ha declarado el grupo de trabajo sobre el coronavirus de la capital.
A principios de esta semana, Anna Popova, declaró que algunas de las restricciones ya no tenían sentido, ya que la variante ómicron se estaba propagando con demasiada rapidez. Hasta el 20% de las personas infectadas en Rusia y el 40% en Moscú no presentan síntomas.