Todo este tema de la guerra nos tiene a más de uno en una reflexión constante, entre agradecimiento por estar de éste lado del globo y plegarias pidiendo por la paz en esa parte de Europa.
Carlos De Peña era uno de los pocos uruguayos que se encontraba en ese país y desde hace varios días venía pidiendo ayuda para poder salir de allí. En un descargo en Instagram, luego de poder cruzar la forntera, expresó que vivió una pesadilla que comenzó el 24 de febrero con el ruido de los aviones y las bombas que explotaban en Kiev.
Cuenta también que vio “en la calle la desesperación de la gente haciendo fila en súper y cajeros y gente huyendo hacia la frontera”. Junto con sus compañeros brasileños se fueron a un hotel para poder refugiarse donde aseguró que “la falta de comida y combustible hizo que pasáramos la noche en un piso só terra el del hotel combina estructura más fuerte ante posibles bombardeos”.
“La preocupación era grande y si bien nos contactaron las autoridades, las autoridades para escapar no aparecían”.
“El viernes las tropas rusas estaban invadiendo por varios lugares cerca de Kiev. Las explosiones se sentían cerca, civiles comenzaban a morir y el miedo crecía. Llego la noche y los rusos ya estaban afuera de La Capital, amenazando con tomarla. Una noche dura”, afirmó el uruguayo.
El día sábado luego de ser entrevista por una periodista de la BBC con experiencia en tres guerras, tomaron un tren con destino a la frontera con Rumania donde llegaron luego de 17 horas y cruzaron a Moldavia en un ómnibus.
El jugador agradeció el apoyo de todos los que le dieron su aliento y confesó que hasta se escondió para llorar para no mostrar desesperación frente a los demás. Sin olvidarse de quienes quedan en medio del conflicto, De Pena finalizó por sus compañeros de equipo de Ucrania y sus familiares y por todo el pueblo ucraniano.