Cincuenta mil dólares se reunieron para un tratamiento especializado en Cuba
Fernando Muñoz, un comerciante y vecino de la ciudad de Treinta y Tres, se vio seriamente afectado tras haber atravesado un cuadro de Covid.
Fernando había dado positivo a la enfermedad a finales de marzo de 2021, y si bien se trasladó por su propios medios hasta la institución mutual a la cual pertenece, el cuadro se agravó, y tres días más tarde, fue necesario intubarlo.
En esa situación fue trasladado a terapia intensiva, donde permaneció por un período de dos meses y medio.
Luego de estudios correspondientes que revelaron que había sido superada la fase Covid, y los resultados eran negativos a virus, intentaron retirarle la sedación que lo mantenía en un coma farmacológico, pero las reacciones no fueron las esperadas, razón por la cual se lo volvió a sedar.
Debido a que era necesario mantenerse la asistencia respiratoria, a través de la intubación, Fernando contrajo un virus intrahospitalario dentro de la sala de terapia intensiva.
Nuevamente el personal de la salud intentó reducir los niveles de sedación y luego de practicarle dos tomografías computadas, comunicaron a la familia que el paciente había padecido un severo accidente cerebro vascular.
Si bien esperaron que el derrame que se visualizó fuera absorbido por el propio organismo, no hubo evolución, lo que determinó que fuera trasladado a Montevideo donde se le practicó una resonancia magnética, la cual determinó como diagnóstico, “encefalopatía hipóxico isquémica”.
El EHI, es el estado clínico que resulta de la falta de oxígeno y sangre en el cerebro. Dependiendo de la intensidad de esta carencia, puede además provocar daño en otros órganos internos como corazón, riñones, hígado e intestinos.
En una explicación no tan académica pero comprensible, los médicos indicaron que, básicamente, el cuerpo de Fernando no recibe las órdenes del cerebro, lo cual lo mantiene totalmente dependiente.
Para ser trasladado a su domicilio, donde permanece asistido, fue preciso realizar una traqueotomía y un botón gástrico, reduciendo sustancialmente su calidad de vida.
Debido a que Uruguay ofrecía escasas, o casi nulas posibilidades de rehabilitación, se comenzó en la búsqueda de alguna clínica de rehabilitación, y las esperanzas volvieron a abrirse para los allegados al paciente.
De este modo, su familia exhortó a través de los medios y redes sociales, a quien pudiera colaborar con cualquier aporte, para poder reunir el dinero necesario que les permitiera acercarle calidad de vida.
El tratamiento de mejores proyecciones para su recuperación, se podría llevar adelante en la Clínica de Restauración Neurológica CIREN en Cuba y el costo, que incluiría también pasajes y traslados, se elevaba a cincuenta mil dólares.
En medio de una pandemia y con un número importante de la población atravesando algunas dificultades económicas, no fueron impedimento para que la solidaridad que caracteriza a la sociedad de este Departamento, quedara de manifiesto a través de múltiples beneficios.
Periodistas, comunicadores, organizaciones sociales, instituciones diversas, músicos, artistas, apoyos individuales y colectivos, mancomunaron esfuerzos hasta lograr el objetivo y la semana próxima emprende el viaje rumbo a Cuba.
Fernando tiene cincuenta años, cuatro hijos y cuatro nietos, aunque el último de estos nació en el mes de abril de 2021, cuando ya se encontraba internado en terapia intensiva por lo cual, no ha podido conocerlo.
Todas las esperanzas están puestas en el tratamiento que se habrá de cumplir en Cuba, país al que estarán viajando la semana entrante.
Su esposa y otros familiares, agradecieron a cada uno de quienes aportaron su colaboración para poder la importante suma de dinero.